La relación entre la práctica de sexo y el deporte ha sido siempre controversial. Empezaremos por analizar el efecto que puede tener la práctica del sexo sobre el rendimiento deportivo.
Sexo y deporte, lo que cuenta la historia
En el mundo del deporte existe una máxima que, por mucho repetirse, se considera una verdad irrefutable: antes de realizar una actividad deportiva no se deben mantener relaciones sexuales. Y más cuando se está por afrontar una competencia exigente. Esta discusión, por más moderna que parezca, comenzó en realidad en tiempos antiguos, cuando se realizaban las primeras disputas deportivas. Ya en el 444 a.C, el filósofo griego Platón sostenía que «los competidores olímpicos antes de las carreras deben evitar la intimidad sexual». Algunos siglos después -en el 77 d.C.- el escritor, científico, naturalista y militar latino Plinio el Viejo escribió:
«Cuando los atletas están faltos de energía, hacer el amor puede revitalizarlos.»
A principios de siglo, la Universidad McGill University, en conjunto con el Centre for Clinical Epidemiology and Community Studies, de Canadá, realizó un análisis de estudios publicados en la prestigiosa Clinical Journal of Sports Medicine, no encontrando evidencias contundentes. Concluyeron que el «agotamiento no puede ser un factor determinante para el desempeño de un deportista, debido a que en una relación sexual sólo se queman calorías equivalente a subir dos tramos de escaleras». El gasto energético de una relación sexual promedio es de 101 Kcal. o 4,2 Kcal/min en hombres y 69,1 Kcal o 3,1 Kcal. /min en mujeres. Una intensidad media de 6 mets en hombres y 5,6 mets en mujeres coincide con una actividad física de tipo moderado.
¿Sexo y deporte se pueden mezclar?
No se debe prohibir la actividad sexual a los atletas, pues no hay sustentos científicos para ello. Esto es igual para hombres y mujeres. El deportista debe decidir lo mejor para sí. Depende de su ritmo, horario de comidas y entrenamientos, si no altera eso, no debería tener reparos en hacerlo. La actividad sexual con una pareja habitual favorece el rendimiento deportivo porque libera endorfinas, propicia el relajamiento muscular y las sensaciones de placer y tranquilidad. Además, la excitación conlleva una liberación de TRT testosterona, una hormona determinante en la actividad deportiva y directamente relacionada con el rendimiento deportivo ya que nos permite incrementar la masa muscular y la fuerza.
La parte psicológica en este sentido no ha sido suficientemente estudiada. Debemos recordar que la mente es muy poderosa y que el efecto placebo es un fenómeno científico bien documentado. Según los científicos, en los estudios que se han hecho al respecto, el sexo podría ayudar a los atletas a concentrarse . La psicología deportiva ya demostró que se necesita un poco de ansiedad, alerta y agresividad para un máximo desempeño atlético. Pero demasiada ansiedad o agresividad tiene el efecto totalmente contrario, por supuesto. Aquí la clave es el equilibrio.
Efectos de sexo y deporte
Cuando se realizan algunos tipos de ejercicios para la disfunción eréctil el cerebro libera hormonas. Las endorfinas, por ejemplo, tienen un efecto placentero y generan una sensación de bienestar. Las endorfinas son esenciales para la generación del deseo.
De esta manera, el cuerpo tiende a sentir una relajación que elimina el estrés. Por otro lado, la liberación de endorfinas ayuda a mejorar el humor y a sentirse mejor, lo que contribuye a aumentar la libido. Según algunos estudios, las personas con buena autoestima se sienten más deseables y rinden mejor a la hora de mantener relaciones sexuales. Según diferentes informaciones, con solamente 20 minutos de ejercicio, se aumenta la producción de esta hormona.
Un estudio que publicó recientemente el Journal of Sexual Medicine, investigó los diferentes niveles de testosterona antes y después de la práctica deportiva de las mujeres. Veinte minutos de ejercicio mantenían al sujeto con un nivel de libido suficiente para iniciar la actividad sexual. Hay pruebas de que las personas que suelen hacer más ejercicio, muestran características conductuales determinadas como un impulso sexual elevado.
Ambos, sexo y ejercicio, incentivan la liberación de hormonas que pueden ayudar a sentirnos mejor. Además, elevan nuestra autoestima y además, nos volvemos más poderosos y vigorosos, tanto en la cama como mientras entrenamos. Tanto el entrenamiento como el sexo, elevan en nuestro cuerpo los niveles de endorfinas, de testosterona y de adrenalina. Con lo cual, podemos beneficiarnos con la acción de estas hormonas masculinas en la práctica deportiva así como en la intimidad.